domingo, 15 de mayo de 2011

Tú...

Como la primera gota de agua de una tormenta y que avisa el inicio, como la ultima lágrima que resbala por tu mejilla y dibuja una mueca de sonrisa entre el encanto de tus labios, como esa gota de sudor que resbala por tu frente tras una noche dulce e intensa en la que pararías el reloj y repetirías el instante en el que se roza tu piel desnuda con mi piel sin esterilizar el alma; intenso, tenue, y fugaz. 

Como ese instante en las noches frías de invierno en las que sacas levemente un pie por las sabanas y un escalofrío recorre tu cuerpo pero te encanta y mantienes el pie ahí, como ese aire frío que avisa que el invierno ha llegado, como esos rayos de sol que se escapan entre las nubes; ácido, dulce y amargo. 

Como ese chorro de agua fría cuando te metes en la ducha, como esa sensación la ponerte ropa nueva, ese placer al verte guapa y ponerte tacones y sentirte grande, como esa sensación al quitarse la ropa y sentir la libertad al alcance de los dedos, esa libertad de andar desnudo junto a alguien y no sentirse observado pero si deseado; placentero, agradable, sincero, pacifico. 

Como ese sentimiento al terminar de leer un libro y estar deseando comenzar otro, esa sensación de impaciencia cuando alguien llega tarde, esas dudas al afirmar algo, ese miedo a fallar a tus seres queridos, ese dolor al ser engañado; frío, agrio, triste y desolado.



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