martes, 6 de septiembre de 2011

De pequeña me enseñaron que debo perseguir todo aquello que deseo, y todo aquello por lo que tengo que luchar; que sea una lucha vencida por mí. Para poder mirar con honra a todos aquellos que me han apoyado.


Pero llega un día en el que te das cuenta que la vida es muy larga o muy corta según el tamaño de los pasos que des. Ese día te das cuenta de que estas madurando, que todo esta cambiando y que antepones unas cosas ante otras, que antes no habrías puesto en tu vida diaria. Pero entonces cuando descubres que todo aquello que te enseñaron es una verdad a medias, que es peor que una mentira. Que hay cosas, que no se pueden tener, que hay amores imposibles y que hay personas jamás te sonreirán.
Dicen que afortunado en el juego, desafortunado en el amor, y pese a quien le pese debo decir que soy muy afortunada en el amor, por haberte encontrado.


Me enseñaron también que todo lo que empieza acaba, que no hay nada eterno pero igual que persigo mis sueños y todo aquello que deseo, hay cosas que nunca cambian, que las descubres con el tiempo, y que el tiempo debe pasar para descubrirlas, no se descubren en dos meses ni en tres. Pero también es verdad que eso es algo muy personal cada uno decide lo que nunca debe cambiar.
Una vez un amigo, no importa quien, el pasado pasado es y si no esta en mi presente en mi futuro jamás estará, ni si quiera de visita, bueno continuo, no me entretengo más, el caso es que me dio un cigarro, me lo encendió con su mechero preferido y me dijo; -las caladas de un cigarro miden su duración, si son grandes dura poco, si son cortan puede durar mas de lo que tu puedas llegar a imaginar, así que me lo fume con el y con toda la tranquilidad del mundo (tranquilidad que siempre he tenido y tendré…) después de esto me dijo; -¿Qué has entendido de esto? Me calle un intente y le conteste muy precisa y muy segura de mi misma;- Que si vivo a pasos  grandes cosas que todavía no debo vivir, mi vida será corta, porque yo misma la estoy haciendo corta, y si vivo a paso lento viviendo lo que me toca vivir, viviré hasta que me aguante el cuerpo, hasta que deba vivir, y me contesto él: -Sí. Y se fue, sin un adiós, y sin besos de despedida, que tampoco se los merecía, después del daño causado, y donde se fue? No  lo se, pero tampoco es cosa mía así que, que le vaya tan mal, como me hizo pasarlo a mí, pero todo esto con el cariño que el me trato, mejor dicho y abreviando sin cariño alguno, bueno continuo.


El caso es que en la vida hay cosas posibles y cosas  imposibles. Pero también hay personas normales y personas que tenemos en vitrinas. Yo en mi caso tengo en una gran vitrina de cristal a mi padre, supongo que seguiría sus pasos con los ojos cerrados y con mucha honra de ser lo que soy. ¿Por qué? Porque me ha enseñado tanto con una sola mirada, porque sus lágrimas son las que mas daño me han podido hacer, y he sabido que no eran buenos tiempos y porque siempre lo he tenido hay, para confesarle cualquier secreto, también porque es un filósofo de la calle, y porque me encanta.


Y también por ultimo me gustaría seguir por los recuerdos, bueno, eso lo dejo para el siguiente texto porque si no se va hacer muy pesado…



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