jueves, 21 de abril de 2011

Tú.

Aquí estoy en este frío y oscuro cuarto, de una casa vieja, llena de grietas que la amargura hizo, llena de silencios, ocultando misterios que callamos, aguantando lágrimas y recogiendo las nuestras, sin elección alguna. 

Nadie me dijo que un día echaría de menos esto, pero esta casa, que me ha visto llorar, mil y una vez, esa cama que me ha hecho vibrar más de una vez, esas paredes que recogieron nuestros gritos, sollozos y gemidos... 

Ahora con un simple adiós, me tengo que enfrentar a todas ellas, ¿PERO? 

Tú ves normal tirar tantos años de relación, tantos momentos, tantas caricias, tantos besos, tantos te quiero... ¡¿QUE HA PASADO?! Un día vuelvo del trabajo, y me encuentro tus maletas en la puerta, las fotos tiradas, todo cambiado, y simplemente me dices, ¡¿adiós?! Bonita cruel forma de despedida, posible mente es la mejor, pero aquí me tienes esperando una explicación, es gracioso, después de dos meses sigo en la puerta por si vuelves, pues no tienes llaves recuerdo que me las tiraste y pum! diana en la frente... así que te abriré corriendo, lágrimas...ya no me quedan para llorar tu ausencia, pero cada momento que hemos vivido sale de mi corazón lo revivo y vuelve a él, creo que me estoy engañando, esperando que vuelvas, pues aunque me duela sé que no vas a volver, pero yo te quiero igual que el día que me llevaste al altar, ¿PORQUE DIGO ESTO? 

Ayer me llamo el abogado, has pedido el divorcio, y por no negarte nada te lo he dado, me han dicho que vas a ser papá, enhorabuena, ojala ese bebé, fuera mío, pero no quisiste tener ningún hijo conmigo... 

Creo que tocaron a la puerta, abriré para ver si eres tú... (L)

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