martes, 2 de abril de 2013

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Ellos se amaban, se querían, habrían dado la vida el uno por el otro...

Pero una mala partida a los dados, hizo ganar al diablo, separando aquel amor tan puro que un día llegaron a sentir, y sin quererlo, hoy cada cual tiene su vida.

Se quisieron, planearon un futuro nada incierto y se dejaron llevar, pero llegaron a un destino fatal.
Hoy pasan por la calle y son completos desconocidos, y a pesar de que ya ni una mirada los une, un latido en el corazón de cada uno les susurra cada noche; ¿Recuerdas cuanto le amamos? y se hace el silencio eterno de la madrugada.

El querer quererse mas, el querer ser los mejores en querer, los llevo a no quererse, y hoy como dos grandes desconocidos de ojos tristes, siguen en busca de una mirada enamorada a la que aferrarse, para volver a sentir aquello del amor.

Pero se conforman mirando la luna, que tantos prometen, y se sienten gatos fugaces de la calle buscando cobijo en cualquier alma abandonada.

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