Escucha...

-¿Escuchas eso?

+No escucho nada.

-Ese es el problema, ven, mira ¿ves el cielo?... No contestes, solo escucha, en lo alto del cielo hay nubes, ¿No te gustaría volar a su par? ¿No te gustaría volar por el cielo como pájaro?

+No te entiendo…

-Mira, escucha la libertad de los pájaros, ellos vuelan cuando quieren, ellos van a su nido, cuando lo necesitan, ellos comen, ellos tienen hijos, ¿acaso tienen que depender de alguien?

+No, ellos no dependen de nadie, son libres, como bien has dicho antes.

-MENTIRA. No son libres yo puedo ir ahora y enjaularlos y no podrían volar, no podrían ir a su nido, no comerían a no ser que les diese yo la comida, podría hasta matarlos si quisiera.

+Pues yo sigo sin escuchar nada, y cada vez me entero menos.

-Mira el paisaje que tienes enfrente, ¿Qué ves?

+Veo un mar, con aguas claras, con peces felices nadando, con piedrecitas de colores, arena blanca y coches muchos coches.

-¿Qué tienen que ver los coches aquí?

+Creo que ya lo oigo!!

-¿Qué oyes?

+El bullicio de las familias que vienen aquí, los coches pitando, los motores rugiendo, no es eso lo que me pedías?

-No, te pedía que observaras la belleza del paisaje, la libertad que muestra aunque sea una ilusión, la capacidad de poder perderte en el mar, el sonido de las olas cuando chocan en la orilla, NO EL RUIDO DE LOS COCHES.

+Sigo sin entenderte.

-Ese es el problema, que solo ves el consumismo.